25/11/2021

“The Beatles: Get Back”, en palabras de Peter Jackson

Un documental para gobernarlos a todos.

Gentileza Disney
The Beatles

Peter Jackson ama las trilogías y su trabajo con The Beatles es la prueba más fehaciente. El director neozelandés no solo llevó a la pantalla los tres volúmenes de El Señor de los Anillos sino que cuando adaptó el libro El Hobbit en vez de hacerlo en una sola entrega lo tradujo a tres. A la hora de trabajar con los Fab Four, el cineasta adoptó una misma política. En enero de 2019, Disney anunció que Jackson sería la persona detrás de The Beatles: Get Back, un documental hecho con material inédito grabado en 1969, pero lo que se suponía iba a ser una película terminó siendo un documental de tres entregas consecutivas que se estrenó hoy en Disney+, y cuyos dos episodios restantes llegarán al streaming mañana y pasado.

Para la realización de la serie, Jackson tuvo acceso a más de 60 horas de video (y otras 130 de audio) que fueron descartadas por el director Michael Lindsay-Hogg cuando filmó la película Let It Be. En el inconsciente colectivo, el film es conocido como el retrato agridulce de la separación de The Beatles, pero a medida que se zambulló en el material, Jackson se encontró con el opuesto a esa historia: frente a la cámara, puede verse cómo John Lennon, George Harrison, Paul McCartney y Ringo Starr comparten sus días en el estudio en un clima de amor fraternal constante.

En diálogo (virtual) con la prensa latinoamericana, Jackson dio detalles de todo el proceso, desde la manera en la que restauró el material, hasta las perlas que encontró en ese material que llevaba archivado medio siglo, y del cual se permitió rescatar todo lo que pudiese.

Conocí a Paul en la premiere de Las Dos Torres, y me dijo que era un gran fan de El Señor de los Anillos, así que le pregunté si era verdad eso de que iban a hacer una adaptación protagonizada por The Beatles y dirigida por Stanley Kubrick, y era verdad. Ese fue mi único vínculo con él por años. Tiempo después viajé a Londres a tener una reunión en Apple Corps. Querían hablarme de un proyecto con realidad virtual y realidad aumentada para una exhibición de The Beatles que tenían en mente y que no se hizo. Yo no quería quedar como un fan, pero una de las cosas que siempre me pregunté es qué había pasado con todo el material sin usar de Let It Be. Me dijeron “Sí, tenemos 60 horas de video y otras 130 de audio”, y yo me puse a pensar: “Dios mío, cómo hago para ver eso”. Me respondieron: “Es curioso que preguntes, porque estamos buscando alguien que lo revise, ya que nosotros tampoco lo miramos". Así que les dije: “Si necesitan un cineasta, yo voy a estar libre por los próximos años…”

Como cualquier fan de los Beatles, leí todos estos libros en los que se decía que las sesiones de Get Back eran notoriamente malas. Todos libros escritos por gente que no estuvo ahí, pero que las describirían como terribles porque se estaban separando y las cámaras filmaban las discusiones. Traían canciones terminadas y usaban a los demás como sesionistas: eso es lo que esperaba encontrarme. Les dije: “Si esto es tan triste como se supone que es, no voy a ser quien haga la película, porque no hay manera de que agarre un montón de material triste de The Beatles para hacer una película alegre, y desde ya no voy a hacer una triste”. Me encerré una semana solo con una tele en una habitación, no había nadie más. Lo miraba y reía, no podía creer que veía. Por ejemplo, a Paul mientras componía “Get Back”.

Este período tiene mucha mala reputación, pero no estaba en enero de 1969, que es cuando esto se filmó, sino en mayo de 1970, cuando se estrenó, un mes después de que anunciaran su separación. Todo el mundo leía sobre la separación de The Beatles y al mismo tiempo de lo íntima que era la película, entonces iban al cine esperando ver cómo se separaba la banda. También creo que el transfer de 16mm a 35mm en 1970 no fue bueno, perdió mucho color y dejó la imagen muy grumosa, y eso tampoco ayudó a que la gente la viera sin dejar de pensar en los titulares de los diarios.

The Beatles

Si tenés 60 horas de un material increíble, lo más íntimo posible de los Beatles, no querés que sean 60 horas de peleas y miseria, y por suerte no lo es. La noticia fantástica es que ese material que ellos guardaron deliberadamente por 50 años es maravilloso. De repente, después de todo ese tiempo, incluso Ringo me dijo: “Esto no es como yo recordaba que habían sido las cosas”.

Me saco el sombrero ante (el productor) Glyn Johns y Michael Lindsay-Hogg, porque a lo largo de los años fueron las dos voces que se opusieron a esa idea del escenario tétrico. Glyn decía: “Yo me reía y me reía todo el día. No tengo idea por qué la gente cree que era malo. La pasé genial”. Al final, Glyn y Michael tenían razón, y siempre la habían tenido.

Hice un documental sobre la Primera Guerra Mundial, e intentamos que el material de época se viera lo más moderno y lindo posible, así desarrollamos un software para eso. Cuando transferimos los negativos en 16mm de Get Back, lo usamos para que se viera prístino. Como fan de los Beatles, si alguien me hubiera dicho “Hay una máquina del tiempo y tenés un solo viaje, ¿adónde querés ir?”, habría ido al estudio a ver a The Beatles trabajar. Por ese motivo no hay entrevistas hechas en el presente. No quería que Paul o Ringo nos guiaran el recorrido, sino que seamos nosotros mismos los que viajamos al pasado para estar con ellos en la habitación.

La gran diferencia la tuvimos con el audio. Si escuchás las grabaciones, ellos estaban tocando las guitarras bien fuerte y no se escuchan bien las conversaciones. Llevamos las cintas a Nueva Zelanda, a una gente que desarrolló un programa de inteligencia artificial con el que pudimos tomar la cinta mono, digitalizarla y “enseñarle” al programa cómo suena una guitarra, cómo suena una voz humana, cómo suena una batería, y así pudimos aislarlos. Eso fue útil sobre todo en Twickenham. Los Beatles habían contratado a Michael Lindsay-Hogg para que hiciera este documental como si fuera una mosca en la pared, y cuando vieron todas esas cámaras y micrófonos se aterraron, nunca habían estado tan expuestos.

Michael le hizo al mundo un gran favor. Llevaba todos sus equipos al estudio, pero en vez de poner a un tipo mirando a través de la cámara y que los Beatles se dieran cuenta, hacía que el operador apretarse el botón de grabar y se fuera a tomar una taza de té, y le tapaba la luz roja a la cámara. De esa manera, ellos se olvidaban y se permitían tener conversaciones más privadas. Michael escondía micrófonos por todos lados, era una batalla de voluntades. Cuando se dieron cuenta, John y George empezaron a reventar sus amplificadores al máximo para que los micrófonos no captasen nada.

The Beatles

El plan era hacer una película de dos horas y media, pero nunca estuvimos cerca de ese metraje, en realidad. A medida que avanzaba el tiempo empezó el lío, porque queríamos contar la historia de los 22 días en los que George se fue, la reacción a eso y su regreso. Cada día tiene su plus, con sus canciones, y también está el concierto en la terraza de Apple, que por sí solo ocupa 45 minutos y decidimos incluirlo entero. Una vez que terminamos las seis horas, se la mandé a The Beatles y no a Disney, porque necesitaba la aprobación de ellos. Les dije “Voy a hacer lo que quiera que hagan, pero honestamente no sé qué más hacer”. Además, como fan, tenía clarísimo que cualquier cosa que no fuéramos a usar, volvería a ser guardada por 50 años más.

En todo el material no hay una sola palabra de un Beatle hablándole enojado a otro. Obviamente, está la famosa pelea entre George y Paul, pero ahí no hay insultos ni gritos. Estoy muy sorprendido con la versión que pude conocer de John Lennon. Todos conocimos al Lennon chistoso de A Hard Day’s Night y las conferencias de prensa, y luego su versión de los 70, con su costado activista y cierto enojo. Pero ninguno de esos tiene que ver con el John que había en este material: es gracioso, relajado, notablemente paciente, y no alza su voz ni una sola vez. En determinado momento podés ver cómo dice “tengo que ayudar a Paul” cuando lo ve estresado. Nunca había conocido al John adorable, y cuando se lo mostré a Paul y se lo comenté dijo: “Ese es el tipo del que yo siempre hablé”.

Es difícil decir qué tipo de película es. Está el momento en el que George se va de la banda, y no están cantando canciones cuando ese u otro tipo de cosas pasan. Pero durante la mayor parte del tiempo, si te gusta la idea de los Beatles juntos en una habitación escribiendo canciones juntos, de eso hay por docenas. No están solamente los temas de Let It Be, están varios temas de Abbey Road, porque doce de esos se crearon durante las sesiones de Get Back. Hay una docena de canciones solistas. La otra vez me reuní con Paul y le dije “¿Ubicás ese tema de John, “Gimme Some Truth”?, y él me dijo que sí. Entonces le respondí: “¿Sabías que en realidad lo coescribiste con él?”, y no entendía de qué estaba hablando. Entonces le mostré sesiones de las de Get Back, donde están trabajando juntos con el tema y Paul sugiere el puente, esa parte de “Money for rope”. Paul miró eso y me dijo “No tenía idea de que había estado involucrado en ese tema”. Y después agregó “Siempre me encantó esa canción, así que si me dan algo de crédito, genial” (risas).